Edimburgo es una de las ciudades más atractivas del mundo para visitar. La capital de Escocia, a pesar de no ser la ciudad más grande del país, es la que alberga más historia. Una ciudad que destaca por su carácter acogedor y por su división entre la New Town y la Old Town. Edimburgo está plagada de callejuelas con mucha historia que rememoran su histórico pasado.
Os ofrecemos a continuación algunos rincones de Edimburgo que merece la pena visitar.
Calton Hill
Calton Hill es una colina situada al final de Princess Street desde la que se divisa la mejor puesta de sol de Edimburgo. Con varios monumentos destacados, como el Monumento Nacional o el Monumento a Nelson, desde su cima se contemplan perfectamente la New Town y la Old Town.
El Castillo de Edimburgo
Es el monumento más visitado de la ciudad. Situado sobre una colina en el centro de la ciudad, se accede a él desde la empinada Castle Hill, el último tramo de la Royal Mile. En el castillo hay numerosos puntos de interés: la capilla de Santa Margarita, la Piedra de Scone, los Honores de Escocia o el Museo Nacional de la Guerra.
La Royal Mile
La calle más famosa de Edimburgo. Con una distancia de una milla escocesa, la Royal Mile conecta el Castillo de Edimburgo con el Palacio de Holyrood. Atraviesa todo el centro de la ciudad y en las calles medievales adyacentes a la ciudad podemos encontrar los famosiso closes o pends, callejones y pasadizos medievales de gran interés.
El Palacio de Holyrood
Situado en el otro extremo de la Royal Mile, es la residencia oficial de la Reina de Inglaterra cuando visita Escocia. Es un palacio del siglo XII y destaca por su interior de estilo barroco, aunque para muchos visitantes, el mejor rincón de este lugar son las ruinas de la abadía agustina de Holyrood.
Dean Village
Dean Village es una pequeña aldea convertida en barrio de la capital a unos 15 minutos del centro. Es un barrio que parece estar sacado de un cuento, con sus puentes y casas de piedra rodeadas de vegetación. En Dean Village se pueden visitar el Cementerio Dean o la Galería Nacional Escocesa de Arte Moderno.
Catedral de St. Giles
La Catedral de St. Giles está dedicada al Santo Patrono de Escocia y es la iglesia más importante de Edimburgo. Del exterior destaca su cúpula hueca en forma de corona real mientras que en el interior debemos prestar atención al gran órgano, la estatua de John Knox y las vidrieras, sobre todo al atardecer.
Victoria Street
Junto a la Royal Mile, la calle más conocida y bonita de Edimburgo. Comunica el puente George IV con la plaza Grassmarket y presenta dos niveles. Es una de las postales más icónicas de la ciudad y se cree que JK Rowling se inspiró en esta calle para crear el Callejón Diagón de la saga Harry Potter.
La calle Mary King’s Close
También en la Royal Mile, junto a la catedral de San Giles, encontramos la calle Mary King’s Close, un conjunto de callejones bajo los edificios de la Old Town que se conocen como la Edimburgo subterránea. Es el close más famoso de la ciudad y se abrió nuevamente al público en el año 2003.
Princess Street Gardens
Los jardines de la calle de la princesa datan del año 1820. Situados a los pies del castillo de Edimburgo, son los jardines con más encanto de la ciudad y separan la parte vieja de la nueva. El Monumento Scott, la estatua a David Livingstone o la fuente Ross son algunos de sus atractivos.
Los pubs de Edimburgo
Y por supuesto, no puedes abandonar la capital escocesa sin conocer algunos de sus pubs donde tomar whisky escocés o una buena pinta. Muchos de ellos se localizan en la misma Royal Mile o en sus alrededores.